¿Cuántas veces has sentido que algo invisible te detiene?
Que por más que luchas, avanzas dos pasos y retrocedes uno.
Yo también estuve ahí… hasta que recibí un consejo que cambió mi vida.
“Abraza a tu niño interior como si fuera tu mejor amigo.”
Ese día entendí que muchas de mis limitaciones no eran del presente,
sino de un pasado en el que aprendí a dudar de mí,
a temer equivocarme, a sentir que no era suficiente.
Dentro de cada uno de nosotros vive un niño que aún anhela seguridad,
cariño, validación.
Cuando dejamos de luchar contra él y empezamos a escucharlo,
todo cambia.
¿Qué tiene que ver esto con el coaching?
Mucho.
El coaching es una herramienta poderosa para abrir esa conversación interna,
para sanar creencias limitantes, para darnos permiso de volver a creer…
Pero sobre todo, para actuar desde la gratitud en lugar del miedo.
Hoy, en el Día del Niño…
Quiero invitarte a reconectar con ese ser interno que necesita ser escuchado.
No importa la edad que tengas: el niño interior nunca desaparece, solo se oculta.
“La verdadera transformación empieza cuando dejas de pelear con tu pasado y comienzas a construir desde el amor.”
¿Por dónde empezar?
Por una conversación contigo.
Y si quieres hacerlo acompañado, te invito a agendar una sesión gratuita de coaching conmigo.
Hoy puede ser ese día en que todo cambia.
No para convertirte en alguien nuevo,
sino para volver a ser quien eras antes de que el mundo te dijera que no podías.
Con gratitud y convicción,
Gilberto Jiménez
Coach y Facilitador de Procesos de Cambio