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El día de hoy haz un alto en el camino, siéntate, piensa y reflexiona, que resultados has obtenido de tu vida hasta el día de hoy, en cinco aspectos importantes, Tu salud y emociones, tus relaciones, tu espiritualidad, tus finanzas y profesionalmente, estas realmente satisfecho en estos resultados, si no es así. ¿Cuánto tiempo más seguirás el mismo camino?, nuestra vida esta llena de oportunidades, las cuales comúnmente tomamos sin pensar y sin tener una estrategia o plan previo, al ser soluciones rápidas y sin sentido, están condenada invariablemente a no tener el resultado que esperamos.

Si la estrategia que decidiste no está brindando los frutos que quieres, toma acción al respecto y transforma tu pensamiento en una acción de cambio, algo importante y que nos cuesta reconocer es que en muchos casos se requiere de ayuda o apoyo, en este caso entra el coach, quien al ser tu compañero de aventura permite hacer evidente lo que para ti por costumbre se vuelve invisible, no te niegues la oportunidad, deja de decir que todo está bien cuando en realidad no es así, es más fácil gastar en cosas banales que invertir en tu persona, atrévete a visitarme, atrévete a transformar tu vida con nuevas estrategias que invariablemente te llevarán a nuevo resultados, recuerda que no tiene nada de malo aceptar y reconocer que bajo ciertas circunstancias se debe pedir ayuda, ¡No estás solo!
La alegoría del carruaje
Un día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice: -Salí a la calle que hay un regalo para vos.
Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje
estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy “chic”.
Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordó y
unos visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy
cuenta que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo… todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más.
Entonces miro por la ventana y veo “el paisaje”: de un lado el frente de mi casa, del otro el
frente de la casa de mi vecino… y digo: “¡Qué bárbaro este regalo! “¡Qué bien, ¡qué lindo…!”
Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación.
Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo.
Me pregunto: “¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?” Y empiezo a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada.
De eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como
adivinándome:
– ¿No te das cuenta de que a este carruaje le falta algo?

Yo pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados.
-Le faltan los caballos – me dice antes de que llegue a preguntarle.
Por eso veo siempre lo mismo -pienso-, por eso me parece aburrido.
-Cierto – digo yo.
Entonces voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro les grito:
-¡¡Eaaaaa!!
El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende.
Sin embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el
comienzo de una rajadura en uno de los laterales.
Son los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.
Me doy cuenta de que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren. Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso.
Comienzo a asustarme y a darme cuenta de que esto tampoco sirve.
En ese momento veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto:
– ¡Qué me hizo!
Me grita:
– ¡Te falta el cochero!
– ¡Ah! – digo yo.
Con gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento.
Me parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me
hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero a dónde ir.
Él conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta.
Yo… Yo disfruto el viaje.
“Hemos nacido, salido de nuestra casa y nos hemos encontrado con un regalo: nuestro cuerpo.
A poco de nacer nuestro cuerpo registró un deseo, una necesidad, un requerimiento instintivo, y se movió. Este carruaje no serviría para nada si no tuviera caballos; ellos son los deseos, las necesidades, las pulsiones y los afectos.
Todo va bien durante un tiempo, pero en algún momento empezamos a darnos cuenta que estos deseos nos llegaban por caminos un poco arriesgados y a veces peligrosos, y entonces tenemos necesidad de sofrenarlos. Aquí es donde aparece la figura del cochero: nuestra cabeza, nuestro intelecto, nuestra capacidad de pensar racionalmente.
El cochero sirve para evaluar el camino, la ruta. Pero quienes realmente tiran del carruaje son tus caballos.
No permitas que el cochero los descuide. Tienen que ser alimentados y protegidos, porque… ¿qué harías sin los caballos? ¿Qué sería de vos si fueras solamente cuerpo y cerebro? Si no tuvieras ningún deseo, ¿cómo sería la vida? Sería como la de esa gente que va por el mundo sin contacto con sus emociones, dejando que solamente su cerebro empuje el carruaje.
Obviamente tampoco podéis descuidar el carruaje, porque tiene que durar todo el proyecto. Y esto implicará reparar, cuidar, afinar lo que sea necesario para su mantenimiento. Si nadie lo cuida, el carruaje se rompe, y si se rompe se acabó el viaje…”
Bucay.

Al elegir el control de nuestras vidas con estrategias, decidimos cuidar nuestro carruaje dando rumbo a nuestro camino, y con un excelente cochero.

Hoy es el día, mañana tal vez sea tarde.

Gilberto Jiménez
Coach con PNL

Gilberto Jiménez

Coach con PNL

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17 comentarios

  1. A cuidar carruaje, caballos y el cochero para disfrutar de este maravilloso viaje por la vida! Acepto el regalo de mi Creador!! Conecto mis pensamientos con mi cuerpo y mi sentir!! Gracias couch Gilberto por ser mi guía en esta aventura❤????????????.

      1. GrAcIaS por la indicación recordatorio, sí, cuidaré de todo mi ser. Pues a mis 6O años, sé que aún puedo lograr grandes cosas más.
        Estoy
        Trabajando
        Teniendo al sr
        Gilberto
        Asesorandome
        FeLiCiDaDeS y AnImO PaRa ToDoS.
        Es Tra Te Gi As .

    1. Hola Ana,
      todos aprendemos algo nuevo cada día, es maravilloso integrar estos aprendizajes a tu vida y dejar de pensar que se transforma en problema, nada ni nadie tiene el derecho de quitarte tu felicidad, a menos que tu la cedas, saludos.

    1. Claudio,
      Acá en México, tenemos un dicho: “Viejos los cerros, y reverdecen”, el tiempo no es lineal como nos lo han hecho creer, el tiempo es subjetivo, la edad y el envejecimiento obedecen a la oxidación de tus células, ¡A Transformar Hábitos!, y vivir mas y con calidad.

  2. A darle a nuestro carruaje los mejores paisajes y los mejores momentos eso es lo importante. Bendiciones y gracias por todo lo q nos regalas cada día

  3. Buenos dias. Muchas gracias por la reflexion. Me encanto, creo que te deteriorado un poco el carruaje, mis caballos me han llevado por donde han querido!! Y escuchare mas a mi cochera!!!
    Gracias, gracias, gracias.

  4. Excelente a cuidar del carruaje, el fichero y sus caballos… Son una mesa de tres patas… Así encontraremos un equilibrio adecuado… Gracias!!!

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