La relación con nuestra madre es la más significativa en nuestra vida, la base sobre la que se construyen todas las demás relaciones. Desde el momento en que estuvimos en su vientre y durante la lactancia, fuimos uno con ella. El vínculo con nuestra madre es fundamental para nuestra supervivencia. Nos reflejamos en ella como si fuera un espejo. La madre representa al mundo en su totalidad y lo que de él proviene. Es la que nutre, la que se ocupa de nuestras necesidades y nos da sostén.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con la abundancia? Bert Hellinger, un terapeuta y creador de las Constelaciones Familiares, sugiere que la relación que tenemos con el dinero refleja nuestra relación con nuestra madre. Observa tus diálogos sobre dinero y extrapólalos a diálogos sobre tu relación con ella:
• Cuando dices “no tengo dinero”, estás diciendo “no tengo mamá”.
• Cuando dices “el dinero no es suficiente”, estás diciendo: “mi mamá no es suficiente”.
El dinero es una representación física y tangible de la abundancia y la prosperidad. Es el medio por el cual, en la actualidad, puedes acceder a todo lo que satisface tus necesidades básicas y de todo nivel. Por lo tanto, cuando hablas de dinero, en realidad estás hablando de dicha y abundancia.
La madre es la representación perfecta de lo que es un estado pleno y de abundancia. Si tienes falta de abundancia en todos los ámbitos de tu vida, considera aceptar todo lo vivido con tu madre tal y como fue, sin juicios. Esto se llama “tomar a la madre”. Aceptarla como es, sin importar que en nuestras expectativas alguna vez no haya cumplido del todo lo que esperábamos. Esta aceptación puede ayudarte a experimentar la verdadera abundancia.
Recuerda que nuestras vidas forman parte de grandes movimientos de compensación y reconciliación. Agradece a la vida en su totalidad, con la muerte y el sufrimiento también. La abundancia es la respuesta del universo y del sistema familiar al servicio de la vida. Asiente a ello y siéntete abundante.
