Vivimos tiempos de cambio, nuestra vida tradicional ha sufrido transformaciones espectaculares, algunos drásticos y algunos paulatinos, hay situaciones que aceleraron el futuro, la comida para llevar se ha transformado en algo indispensable, las reuniones de trabajo, cursos y platicas, se desarrollan a través de zoom, la pandemia nos ha modificado nuestras relaciones, ya extrañamos desayunar con nuestros amigos, reunirnos con nuestras familias en cumpleaños, día de la madre o del padre, abrazarnos con más fuerza que nunca, tomar café, ir al antro, incluso ver una pelicula en el cine, situaciones y momentos que se nos volvieron tan comunes y corrientes, que les perdimos el sabor y sobre todo el valor, cosas tan simples como ir a caminar a una plaza.
La pandemia nos ha transformado y no conforme, en pasados días un terremoto sacudió nuestras vidas en Oaxaca, afortunadamente los daños fueron menores, sin embargo me mueve a esta reflexión.
No dejes pasar ni un minuto de tu vida viviendo al máximo, si hoy tienes ganas de reír, hazlo hasta que te duela el estomago, si hoy quieres llorar, hazlo y que tus ojos acaben hinchados, vive cada día, de verdad como si fuera el último, no tenemos nada garantizado, mucho menos la vida.
Recupera esa alegría de niño, brinca, baila, canta, goza y no des pie a que te gane la energía negativa, erradica de tus momentos la tristeza , coraje, rencor, que no hacen nada más que quitarte el tiempo y nublar un dia, lleno de sol.
No hay mañana, solo tenemos el hoy.
Que esperas ¡Vive la vida!
“Atrévete a transformar tu cuerpo, mente y espíritu”
Gilberto Jiménez
Coach con PNL
