La gratitud es una actitud positiva que nos ayuda a valorar lo que tenemos y a reconocer el apoyo que recibimos de los demás. ¿Pero sabías que la gratitud también puede influir en el cumplimiento de nuestros sueños y metas? En este artículo te explicaré cómo la gratitud puede potenciar tu motivación, tu autoestima y tu bienestar, y cómo puedes cultivarla en tu día a día.
La gratitud y la motivación
La motivación es la fuerza que nos impulsa a realizar acciones para alcanzar nuestros objetivos. Sin embargo, a veces podemos perder la motivación por diversos factores, como la falta de resultados, las dificultades, el estrés o el aburrimiento. En estos casos, la gratitud puede ser un recurso muy útil para recuperar el entusiasmo y la energía.
¿Cómo? La gratitud nos ayuda a enfocarnos en lo positivo, en lo que hemos logrado y en lo que nos hace felices. Así, podemos recordar por qué nos hemos propuesto ese sueño o meta, y qué beneficios nos aportará. Además, la gratitud nos hace sentir más conectados con los demás, lo que nos permite apreciar el apoyo que recibimos y pedir ayuda cuando la necesitamos.
Un estudio realizado por Emmons y McCullough (2003) demostró que las personas que llevaban un diario de gratitud durante 10 semanas se sentían más optimistas, más satisfechas con sus vidas y más comprometidas con sus metas que las que no lo hacían. Otro estudio de Sansone y Sansone (2010) encontró que las personas que expresaban gratitud a sus parejas tenían más probabilidades de perseverar en sus objetivos personales.
La gratitud y la autoestima
La autoestima es el valor que nos damos a nosotros mismos, y está relacionada con la confianza en nuestras capacidades y nuestro potencial. Tener una buena autoestima es fundamental para cumplir nuestros sueños y metas, ya que nos permite creer en nosotros mismos y enfrentarnos a los retos con seguridad.
La gratitud puede mejorar nuestra autoestima de varias maneras. Por un lado, la gratitud nos hace conscientes de nuestras fortalezas, de nuestros recursos y de nuestras cualidades. Al reconocer lo que somos capaces de hacer y lo que hemos conseguido, podemos sentirnos orgullosos de nosotros mismos y valorarnos más. Por otro lado, la gratitud nos hace más humildes, más abiertos al aprendizaje y más receptivos a la retroalimentación. Al aceptar nuestros errores, nuestras limitaciones y nuestras áreas de mejora, podemos crecer personal y profesionalmente.
Un estudio de Kong et al. (2015) reveló que las personas que practicaban la gratitud tenían una mayor autoestima que las que no lo hacían, y que este efecto se mediaba por una menor comparación social. Es decir, las personas agradecidas se comparaban menos con los demás y se aceptaban más a sí mismas.
La gratitud y el bienestar
El bienestar es un estado de satisfacción y equilibrio en el que nos sentimos felices y realizados. El bienestar depende de muchos factores, tanto internos como externos, pero uno de ellos es nuestra actitud ante la vida. La gratitud puede contribuir a nuestro bienestar al generar emociones positivas, al reducir el estrés y al fomentar las relaciones sociales.
La gratitud es una fuente de alegría, de paz y de amor. Al expresar nuestra gratitud, tanto interna como externamente, podemos experimentar una sensación de plenitud y de armonía con nosotros mismos, con los demás y con el entorno. La gratitud también puede ayudarnos a afrontar las situaciones difíciles con más serenidad y resiliencia, al disminuir los pensamientos negativos, las preocupaciones y las quejas. Además, la gratitud puede fortalecer nuestros vínculos afectivos, al aumentar la empatía, la generosidad y la reciprocidad.
Numerosos estudios han confirmado los beneficios de la gratitud para el bienestar psicológico. Por ejemplo, Wood et al. (2008) hallaron que las personas que eran más agradecidas tenían menos síntomas depresivos, menos ansiedad y más satisfacción vital. Asimismo, Lambert et al. (2009) comprobaron que las personas que expresaban gratitud a sus amigos y familiares tenían más apoyo social y menos soledad.
Cómo cultivar la gratitud
La gratitud no es algo que se tenga o no se tenga, sino que se puede desarrollar con la práctica. Hay muchas formas de cultivar la gratitud, pero aquí te propongo algunas ideas que puedes implementar en tu rutina:
– Lleva un diario de gratitud. Cada día, escribe al menos diez cosas por las que te sientes agradecido. Pueden ser cosas grandes o pequeñas, pero intenta ser específico y variado. Por ejemplo, puedes agradecer por tu salud, por tu familia, por tu trabajo, por un libro que te gustó, por un paisaje que te impresionó, etc.
– Expresa tu gratitud a los demás. No des por hecho que las personas que te rodean saben lo que significan para ti. Diles lo que aprecias de ellas, lo que te han enseñado, lo que te han ayudado o lo que te han hecho feliz. Puedes hacerlo en persona, por teléfono, por correo electrónico o por una nota. Verás cómo tu gesto les alegra el día y refuerza vuestra relación.
– Haz un ritual de gratitud. Elige un momento del día para dedicarlo a la gratitud. Puede ser por la mañana, al despertar, o por la noche, antes de dormir. En ese momento, haz una pausa y reflexiona sobre todo lo bueno que tienes en tu vida. También puedes aprovechar para meditar, rezar o hacer afirmaciones positivas.
– Busca el lado bueno de las cosas. Cuando te enfrentes a un problema, a un obstáculo o a una adversidad, trata de encontrar algo positivo en esa situación. Piensa en lo que puedes aprender, en cómo puedes mejorar o en qué oportunidades se pueden abrir. No se trata de negar la realidad, sino de adoptar una perspectiva más amplia y constructiva.
– Practica la generosidad. La gratitud y la generosidad van de la mano. Cuando somos agradecidos, nos sentimos más inclinados a compartir y a ayudar a los demás. Puedes practicar la generosidad de muchas maneras: haciendo un voluntariado, donando a una causa, regalando algo, ofreciendo tu tiempo, tu atención o tu consejo, etc.
Conclusión
La gratitud es una actitud que puede transformar nuestra vida. Al ser agradecidos, podemos aumentar nuestra motivación, nuestra autoestima y nuestro bienestar, lo que nos facilita el cumplimiento de nuestros sueños y metas. Además, la gratitud nos hace más felices y más humanos, al conectarnos con nosotros mismos y con los demás.
Te invito a poner en práctica estas ideas para cultivar la gratitud y a comprobar sus efectos positivos en tu vida. Recuerda que la gratitud no es solo un sentimiento, sino una acción. Así que no esperes más y empieza hoy mismo a dar las gracias.
Sin duda alguna te garantizo que los resultados serán “Mágicos”
Con Cariño,
Gilberto Jiménez
Coach con PNL
Referencias
– Emmons RA & McCullough ME (2003). Counting blessings versus burdens: an experimental investigation of gratitude and subjective well-being in daily life. Journal of Personality and Social Psychology 84(2): 377–389.
– Kong F et al. (2015). Gratitude is associated with greater levels of protective factors and lower levels of risks in African American adolescents. Journal of Adolescence 45: 160–170.
– Lambert NM et al. (2009). Expressing gratitude to a partner leads to more relationship maintenance behavior. Emotion 9(1): 52–60.
– Sansone RA & Sansone LA (2010). Gratitude and well being: the benefits of appreciation. Psychiatry 7(11): 18–22.
– Wood AM et al. (2008). The role of gratitude in the development of social support, stress and depression: two longitudinal studies. Journal of Research in Personality 42(4): 854–871.
Estoy totalmente de acuerdo y lo he comprobado que la gratitud es un sentimiento que te aporta muchos beneficios , te da paz , tranquilidad armonía, abundancia y felicidad .
Gracias por recordarme volver a participar en este gran taller “La Magia de la gratitud “ y siiii es Mágico.
Muchas gracias, de verdad que es mágico, si eres constante y perseverante los resultados se manifiestan de inmediato!, gracias por su valioso apoyo!!!