Parábola del aguador

Había una vez un hombre que vivía en una aldea. Para abastecerse de agua iba todos los días a
un pozo que se encontraba cerca de su hogar. Por la mañana se dirigía allí y, una vez que llenaba
los baldes, emprendía el regreso. Era posible observar cómo parte del agua caía a lo largo del
camino porque los baldes estaban rotos, dejando dos franjas de terreno húmedas. Sus vecinos lo
observaban recorrer ese trayecto y se preguntaban: “¿Qué no se dará cuenta que sus baldes están
rotos y que está tirando agua?”
Un día uno de los vecinos no resistió la tentación y decidió acercarse a él. Le preguntó:
“Amigo, ¿Qué no te das cuenta de que tus baldes están rotos y que tiras buena parte del agua que
acarreas?”
“¡Claro que me doy cuenta!”, contestó el hombre. “De esa manera puedo regar las flores que
se encuentran a los lados del camino”.
En esa aldea todos los caminos estaban secos, solo el del hombre tenía flores a los lados.
(Anónimo)

Cuando llenas lo que te rodea de gratitud, invariablemente tu camino se llena de flores de “Gratitud”, hoy es el momento de prepararte para este nuevo 2023, debemos dar gracias por el regalo maravilloso que Dios nos dio: “La vida”,
sigue el reto de vivir cada día agradeciendo por las bendiciones que todos los días tenemos.

Gilberto Jiménez